Colocas el Fabuloso en lo alto de un estante porque tu hijo de tres años podría pensar que es agua de Jamaica y beberla…y luego morir. 

Pones inserciones de plástico en los contactos eléctricos para que tu pequeño no meta los dedos y electrocutarse.

Tu instinto como padre es remover del alcance de tus hijos cualquier cosa que les pueda dañar, pero…

¿Has considerado que el peligro más destructivo ya está al alcance de tu hijo?  



Todos los días.

En tu casa (no afuera).

El peligro más destructivo para tu hijo no es un cuchillo, ni una pistola 9 milímetros.

Tú eres el peligro más grande a lo cual tus hijos están expuestos. 

Fíjate papá o mamá que…

[1] Nuestros Hijos son Expuestos a Nuestros Genes:

Un pecador automáticamente produce a otro pecador, pero un cristiano NO AUTOMATICAMENTE produce a otro cristiano.

¿Por qué? Porque la maldad se transmite genéticamente, pero la justicia no (vea Romanos 5:12). 

Igual así como un león engendra a otro león, tú eres un pecador que engendró a otro pecador…un Pecador Junior, pero sí, otro pecador en la linea de Adán.

Cristo dijo a Nicodemo, “Lo que es nacido de carne, carne es” (Jn. 3:6).

Esa carne que “para nada aprovecha” (Jn. 6:63), es la primera herencia que damos a nuestros hijos.

Pues…

Antes de darles las recetas familiares para el mole, y antes de darles nuestra pasión para los Tigres de Monterrey…

Ya habíamos regalado a nuestros hijos toda desventaja espiritual en Adán para llenar un Infierno de nuestra descendencia.

¡Eso me pone en alerta como padre de 4 hijos!

[2] Nuestros Hijos son Expuestos a Nuestra Ira:

Una bomba (1) arruina lo más cercano, y (2) destruye en un momento lo que tomó años para construir.

Igualmente, “El que fácilmente se enoja hará locuras…” (Prov. 14:17).

Leí cómo un hombre cristiano se descontroló frente a la rebeldía de su hijo de 14 años, que le persiguió de habitación en habitación hasta alcanzarlo y le dio incontables cachetadas en el momento.

Lo dejó con moretones que duraron unos días.

Pero la amargura provocada en el corazón de su hijo duró 11 años par arreglar (hasta que el joven tuvo 25 se lo contó a su papá).

Hay que ser avisados, de que si el furor de alguien hará que tus hijos se alejen de Dios...

NO SERÁ..la ira de los los musulmanes extremistas en Arabia Saudita, ni el coraje de los politicos en contra de sus rivales...

Sino tu ira descontrolada, detonada, en un momento será capaz de causar daños irreparables en tus hijos que durarán décadas.

¡Porque tu enojo es la bomba más cercana a ellos!

¡Y esa bomba es capaz de arruinar en un momento, la vida de un hijo que tomó años para edificar!

[3] Nuestros Hijos son Expuestos a Nuestras Mentiras: 

Padres mienten a sus hijos en varias maneras…por ejemplo:

-Promesas vacías de comprarles un helado si se portan bien en la tienda. Prometieron en 2017 y todavía los hijos están esperando ese cono.

-Exagerando, “Cuando yo era niño, yo nunca di esas caras a tu abuela así como me das.”

-Minimizando su culpa, “Te pegué en la cara porque estoy bajo mucha presión en el trabajo.”

-Haciendo al hijo mentir a nuestro favor, “Cuando tu tía me llame, dile que no estoy.”

Es asombroso cómo una poca de deshonestidad de un padre se convierte en mañas generacionales, aún en las familias más bendecidas. Considera como…aún en la familia Abraham, el padre de la fe:  

…Abraham dijo que Sarai no era su mujer (Gen. 20:1-7). ¡Qué mentira! 

…Isaac su hijo hizo lo mismo, mintiendo que Rebekah no era su mujer.

…En un momento supuestamente muy sagrado para esa misma familia, el hijo de Isaac, llamado Jacob mintió a su cara para conseguir la primogenitura (Gen. 27).

…Los hijos de Jacob le mintieron acerca de que José era devorado por bestias (Gen. 37). 

¡Tanto daño generacional se hace por las mentiras contadas por padres en casa! 

Para terminar...

¿Quitaríamos un machete de en medio de nuestros hijos para protegerles del peligro? Claro.

Pues, nos toca también remover el peligro más grande de en medio de ellos, nosotros mismos.

Y la única manera de hacer eso, es que Cristo nos dé Su naturaleza divina por una mente renovado por Su Palabra (Lea Efesios 4:22-32).

Y si lo hacemos…

En vez de ser el peligro más grande para nuestros hijos, llegaremos a ser la influencia de más bendición en sus vidas.

-Pastor Kevin Taylor